La realización

 

Durante esos tres años, junté toda la información obtenida aquí y allá, sobre todo aue el azar me había hecho conocer a un judío de Lituania, exilado en Israel, autor de un libro sobre la resistencia judeo-lituaniana entre 1941 y 1944. Habia sido hecho prisionero en el Noveno Fuerte de Kaunas en noviembre 1943 ( esta prisión llamada "fabrica de la muerte" en la cuallos deportados del convoy 73 debian llegar algunos meses mas tarde) y él había organizado una extraordinaria evasión, en Navidad 1943, permitiendo a 64 personas de recobrar la libertad, en condiciones excepcionales.

Habiendo leído su libro en la versión inglesa, decidí traducirlo al francés, de forma que sean conocidas en Francia las atrocidades cometidas por los lituanos durante la Segunda Guerra Mundial. La historia de esta traducción y de sus consecuencias necesitaría ella sola … muchas páginas. Resumiré diciendo que la realicé a título benévolo, en memoria de mi padre, en condiciones difíciles a causa de la barrera linguística.

Ayudada por el autor del libro (con fax de por medio, poraue solo pude encontrarlo tres años después) tuve cierta información totalmente inédita aún, acerca del destino de los judíos llegados de Francia en Kaunas en mayo de 1944, que desmentía formalmente gran parte de lo que se contaba aquí y allá después de la guerra.

Este encuentro y este libro condujeron, después de ciertos acontecimientos, a un tercer viaje a los Países Bálticos, en agosto/septiembre 1998, igualmente relatados en "Nous sommes 900 français". Esta vez, apenas regresamos, propuse tomar a cargo la redacción y la realizaciónde "el pequeño documento", proyectado tres años antes.

Imaginaba una pequeña cartilla de 50 páginas, aue me proponía ofrecer a una veintena de amigos que habían participado del viaje. Había previsto terminar ese trabajo antes de fines de 1998.

Eso era sin contar con las confidencias "de boca a oreja". Al cabo de algunos meses, otras familias, alertadas por parientes o amigos, próximos o lejanos,de forma directa o indirectam, tomaron contacto conmigo, aueriendo, ellas también, agregar su testimonio a nuestro "pequeño documento". No me fue posible respetar el plazo aue me habia impartido, a causa de este flujo de testimonios que no me esperaba para nada.

Durante 6 meses trabajé sola, delante de mi computadora, llamando sólo a dos o tres amigas de nuestro grupo aue para una relectura o corrección definitiva.

Yo no soy ni escritora, ni editora, simplemente una abuela (seis hijos y quince nietos), ex (buena ) secretaria, muy motivada por este deber de memoria para mi padre y sus compañeros. Escribí en "Nous sommes 900 français" en alguna parte casi hacia el final, cómo la transcripción de estos testimonios fue muy penosa para mí, tanto que a menudo estuve tentada de abandonar la tarea que me habia asignado.

Sin embargo quiero recalcar que si fui, de algun modo, el motor de esta realización, nuestro libro jamás habría visto la luz sin la participación de todos los amigos que me confiaron su testimonio, asi como sus fotos y documentos familiares. Se trata entonces de una obra colectiva, en la cual participaron todos aquellos cuyo nombre figura en nuestro libro. Asi será también para el segundo volumen.

Cuando comencé a numerar las páginas del "pequeño documento", despues de haber redactado la primera parte y agregado, unos tras otro, los 48 testimonios recibidos, estuve absolutamente perpleja al constatar aue se trataba de un libro de 440 páginas.

Por supuesto, así como yo misma, ninguno de los amigos de nuestro grupo esperaba tal resultado. Cada uno habia reservado con anticipación un cierto número de ejemplares y yo habia hecho imprimir 350 (en fotocopias láser), sin poder conservar un stock porque,- así como lo dije-, no soy una profesional y no disponía de ninguna ayuda financiera.

Quisiera agregar un paréntesis : quise conservar a mi cargo los gastos de fabricación de la maqueta del libro (reducción o ampliación de fotos y documentos que me fueron confiados para adaptarlos a la paginación, papel y tinta para la impresora y la fotocopiadora, gastos postales o telefónicos para la correspondencia con unos y otros, etc.) Quería esencialmente no pedir más que una participación a los gastos de impresión del libro. He querido aue este libro no de lugar a ningún beneficio de ningún tipo.

 

Somos 900 Franceses Continuación


© Éric y Dominique Blum -